Relajandose

Era un día bastante monótono, cualquier persona preferiría estar en su cuarto encerrado con aire acondicionado a que salir por las calles, y en efecto, se podía contar con facilidad las personas que caminaban ese día libre por las calles, entre ese número se encontraba Sarín con los audífonos puestos quien siempre aprovechaba sus días libres para quitarse todo el estrés de encima, después de todo, ser asesora es algo complicado incluso para alguien que ya lleva años enseñando lo que sabe a pequeños jóvenes.

A paso lento Sarín caminaba por la Ciudadela Narzthe mientras miraba los distintos locales que habían por allí; restaurantes, tiendas de todo tipo junto a la gente más estresante del lugar intentando llamar su atención solamente para que compre basura en tiendas. Luego de un rato de esquivar a vendedores y miradas indecorosas de las personas entro en lo que parecía un viejo local, ya dentro se encontraba una vieja señora canosa que sonrió ampliamente al verla - ¿De nuevo por estas viejas termas? - Dijo la mujer mayor con una voz ronca mientras Sarín asentía con la cabeza apenas mostrando un ligero arqueamiento en sus labios haciendo una diminuta sonrisa que se borro al instante volviendo a su inexpresividad de siempre - Bueno, no tengo que decírtelo, sabes dónde quedan las termas femeninas así que adelante señorita - Sarín volvió a asentir con la cabeza y paso por unos pasillos donde habían dos puertas separando los baños de las mujeres de los hombres: Sarín ingreso a la puerta correspondiente al de las mujeres y dejo su ropa en un cesto mientras ingresaba a las termas suspirando - Es una lástima que no pueda oír música aquí... - Susurro cerrando los ojos mientras disfrutaba el agua caliente humedecer su cuerpo, era realmente relajante.

Sarín se sentía algo incomoda sin sus audífonos puestos, normalmente estaría escuchando música pero lamentablemente no podía entrar con ellos a las termas por lo cual termino suspirando y cantando en voz baja para sí misma - Ne Perdatis Luces... Cantum Sanctum Nunc Accipite... Oro, Canto, Vobis... Fiat Lux Ahhhhahhhhhhhhhh ~... - Cantando en voz baja una vieja canción en latín llego a oír que las puertas de las termas se abrieron, inmediatamente guardo silencio y cerró los ojos, no es que le molestase que alguien más entrase sino que no sabría como interactuar con otra gente aunque sus gestos parecían frívolos e indiferentes.

Se escucho un fuerte chapuzón en las termas, Sarín solamente se salpico un poco y sin inmutarse abrió los ojos mirando rápidamente a la chica que había entrado en las termas; de cabello corto, tez blanca y ojos energéticos, una jovencita, una niña para ella la cual no dudo en acercarse y saludarla - Buenos días... - Respondió sin más con su dulce voz aunque con tono seco e inexpresivo pero al notar hacia donde se dirían los ojos de la jovencita arqueo una ceja en señal de molestia aunque era vergüenza lo que sentía - No creo que sea de mucha educación ir comparando tallas con desconocidas... Pero... Realmente no me molestan mis pechos, puedo seguir mi trabajo tranquilamente con ellos... - Sarín volvió a guardar silencio y miró a un lado, de nuevo noto como las puertas de las termas se abrían y miro en dirección al lugar, otra mujer había entrado, más habladora que la jovencita que tenía enfrente, de cierta manera le molesto tanta familiaridad al saludar pero no seria descortés - Mi nombre es Sarín Oxyranus, Asesora al manejo de sustancias tóxicas y radioactivas en el Corporativo del estado... - Dijo rápidamente de manera mecánica, de manera formal.